lunes, 21 de enero de 2008

En la Biblioteca Pública






¡Yo soy!







Estoy en los escalones de la Biblioteca al lado de un treintañero que acaba de sair de ella con tres libros debajo del brazo. Allí se encuentra con un colega. Arrimo mi sombra al diálogo:

_¡Hombre, Oscar, cuanto tiempo! ¿sigues escribiendo?

_No, no, es algo cansado...y necesita constancia.

_¿Qué tal la carpintería, también te gustaba no?

_Sí, sí... pero la dejé; mucho tiempo lijando y tragando polvo.

_¿Y la embotelladora de agua?

_Pues... no tenía aliciente, la verdad ¡todo el puto día! mirando botellas de agua.

_Me dijo tu primo que te habían ido a ofrecer un trabajo de oficina a casa.

_Sí, pero... diez horas diarias, ya me dirás...

_Y...qué proyectos tienes.

_Me gustaría trabajar en algo sobre las energías renovables... o quizás me vaya a un pueblo... alomejor en la hostelería...pero dejemos de hablar de mí y tú ¿qué? ¿sigues como palista?

_Ahí sigo de autónomo, todo el jodido año trabajando muchas horas para ser un mileurista más y sin vacaciones, porque si las disfrutas, te quedas sin clientes. ¡Qué bien te lo montas tío! y tus viejos... ¿qué dicen?

_¡Qué van a decir! ¡que busque trabajo!

Me alejé pensando cuando yo era párvula y mi madre me mandaba a buscar algo y después de buscarlo venía y le decía: "Yo no lo busco" _ella riendo al ver que lo había buscado, me decía: "Pues si no lo buscas cómo lo vas a encontrar".

Así este joven...


Dejó dicho Jaime Balmes: "Todos los perezosos suelen ser grandes proyectistas".




No hay comentarios:

Publicar un comentario