miércoles, 27 de febrero de 2008

Desde la columna de Trajano






¡Yo soy!







Mi sombra trepa por la columna de Trajano, mientras al pie de ella un joven le cuenta a otro:

_Verás, yo había dejado mi coche aquí aparcado _señala al lado de la columna_ vine a buscarlo y me dio el presentimiento de que me habían colocado algo debajo. Con este coche desconfío y a veces echo una mirada.
 Miro y efectivamente había un paquete del que salían algunos cables. Justo en ese momento, se acerca un policía de uniforme. Le comento que bajo mi coche hay una "bomba". Me dice que me aleje que es artificiero y va a desconectarla primero, para llevársela.

-Yo confío y me voy a tomar un vino.

Al rato, me acerco al lugar para ver si todo ha ido bien. ¡Sorpresa! ¡Mi coche había desaparecido!

¿Qué estaba en su lugar? ¡La bomba!...que no era tal.

¡La culpa es de mi madre!, que siempre me está diciendo que le cambie la matrícula al coche, que con ésta, "la poli" no me va a quitar la vista de encima. Nada, que yo vi tan natural que apareciera "el madero" y no sospeché lo más mínimo.

¡Como tengo un coche matrícula de Bilbao! bueno... ¡tenía un coche...!

Deslicé de nuevo mi sombra descendiendo por la columna, pensando en una frase de Confucio. ¡Claro que aquí hay que tomarla al pie de la letra!


"El ir un poco lejos es tan malo como no ir todo lo necesario".



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