jueves, 25 de septiembre de 2008

En la Pulcra







¡Yo soy!






Un grupo de personas suben los peldaños de acceso a la plataforma colocada para poder ver más de cerca este hermoso caleidoscopio mientras es restaurado. Yo pego mi sombra a los muros para subir. ¡Ventajas de ser sombra!

Mientras acaricio los escudos del Triforio con mis manos de sombra escucho las explicaciones de la guía. Volvemos los ojos de un lado a otro admirando que tanta maravilla fuera una solución a errores de construcción.

Una señora "resabidilla" interrumpe para decir que la Leonina fue edificada sobre un lago. ¡Jamás lo había oído! La Red me dice que sobre unas termas romanas del siglo II y más tarde sobre una catedral románica. ¡Claro que algo que ver con el agua, las primeras, tienen!

En un largo atril que cierra el espacio se muestran las diapositivas de todas las vidrieras de la Pulcra. ¡Divinas! Un hombre pregunta: ¿Cuál fue la que "regaló" Fraga a los americanos? La guía negó lo oído diciendo que esa vidriera estaba actualmente en el Seminario Mayor donde ella misma la había visto. El señor insiste: "Pero sin cotejar no se sabe..."

Yo sólo contemplo y desde el escudo de nuestra región pienso en las muchas gentes anónimas que realizaron esta gran obra de la que sólo conocemos algunos nombres.


Y recordé una frase: "A los artistas no debe hacérsele monumentos porque ya los tienen hechos con sus obras..." de Antonio Gaudí



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