viernes, 21 de noviembre de 2008

En la placita de Jesús Divino Obrero






¡Yo soy!






Dos jubilados toman el sol en un banco. Mi sombra escucha:

_¡Pues no me dijo mi yerno, que los jubilados son una carga porque no producen y reciben una pensión! Y no te lo pierdas... ¡él está cobrando el paro! y sin prisas por encontrar un trabajo!.

_¡Será posible! ¿Y qué le contestaste? Porque lo que es yo lo que ahorré en cinco años, lo estoy invirtiendo en la reforma de mi casa: Dos meses de sueldo que doy a un albañil, dos peones, un electricista, un fontanero, un carpintero... Los materiales. Eso, toco madera, sin estar nunca enfermo ni haber cobrado el paro en 40 años cotizados.

_Lo que yo le dije: los viejos somos unos consumidores más. Echamos una mano a los hijos, cuidamos los nietos... En fin que devolvemos a la Sociedad lo que nos da por los servicios prestados.


Les di la razón con una sonrisa de sombra y me alejé hablando sola: "Fruto es de la vejez el recuerdo de los muchos bienes anteriormente adquiridos" de Marco Tulio Cicerón.




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