miércoles, 5 de noviembre de 2008

Por El Crucero





¡Yo soy!





Sombreo los pasos de una mujer mayor. La veo a menudo. En una mano lleva tres correas seguidas de tres perrillos falderos. En la otra lleva bolsas de plástico llenas. ¿De qué?... comida para sus cachorros, ropa, calzado...

Su aspecto es desaliñado pero su semblante está siempre alegre. Mira para los transeúntes con los que se cruza como si a todos los conociera y sonríe.

Camina por las calles del barrio. Sus animales tiran de ella con fuerza cuando se para en los contenedores. a veces parece que va caer al suelo. Sólo al llegar a un pequeño parque los suelta. Saca pan mojado y se lo va deshaciendo en la hierba. Los perros corren, se nota que no tienen hambre, pero de vez en cuando se acercan. Ella los acaricia uno a uno y les habla con mimo y con cariño.

Dicen que tiene dinero y que ...

Pienso que tiene el síndrome de Diógenes y como el sabio si le preguntaran qué desea diría: "Seguir tomando el sol con mis fieles amigos".

Se la ve feliz y contenta. A mi sombra viene la frase del historiador italiano César Cantú: "Cuantas menos necesidades tengáis, más libres seréis".




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