jueves, 17 de septiembre de 2009

¡ Sola !




¡Yo soy!



Mi sombra la sigue. Ella, le sigue esperando.

Se fue sin dejar rastro. A veces cuando él le decía: "Voy a por tabaco". Ella bromeaba diciendo: "¡Pero vuelve eh!" Un día cualquiera de aquellos no volvió.

Han pasado diez años y ella se estremece cada vez que suena el teléfono. Sigue colgada de él. ¡No le preguntéis por qué!.

Un conocido le dijo que vivía en Valencia, que tenía otra mujer, otros hijos... A veces suena el teléfono: corre, descuelga, ¿diga?... Oye respirar y el silencio.
Ella repite: ¡Eres tú! Nuestros hijos han cambiado mucho: la mayor está en la Universidad, el pequeño no va muy bien en el instituto... Sabe que la escucha. La respiración se corta. Ella se pregunta: ¿Cómo es posible que siga pendiente del teléfono después de tanto tiempo sin explicación alguna?


Afirma mi sombra con el Dalai Lama: " Los seres humanos por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan del presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro".




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