jueves, 14 de enero de 2010

En el "Edificio Europa"



¡Yo soy!








Mi sombra espera ante una oficina en el interior del moderno edificio. Junto a mí espera una mamá con su bebé. El pequeño de casi un año sólo quiere estar de pie. La madre inclinada sobre él le sujeta por los bracitos mientras el peque da sus primeros pasos.

Se acercan una viejecita apoyándose en un bastón del brazo de otra señora que la guía. Se sientan al lado de la madre y el pequeñín. La señora guía hace gracias al bebé mientras la anciana comenta dirigiéndose a la madre:

_¡Ay, hija qué trabajo! Ahora es cuando más dan que hacer, cuando empiezan a querer andar...

Al momento, la acompañante le dice a la viejecita:

_¡Ala, Carmen!, vamos que la oficina a la que vamos está al final del pasillo. Además, así camina, que con la dichosa lluvia no hemos salido en tres días y... ¡Ya sabe lo que le dijo el médico, que tiene que andar! La arrugadita se levanta del asiento con mucho trabajo ayudada por su cuidadora y comenta:

_ ¡Ay, Dios mío, no dejan a una ni descansar, total para tener que ingresar igual en el Hospital! Se van las dos despacito y la mamá dirigiéndose al bebé comenta:

_¿Has oído lo que ha dicho la vieja? "Que ahora es cuando más das que hacer". Lo tuyo será un año pero lo de ella... ¡Ella sí que está dando qué hacer! ¡ Y... a saber cuánto tiempo!


Mi sombra confirmó sus palabras
y recordé una frase antiquísima: "Los viejos son dos veces niños" del gramático griego Diogeniano.



2 comentarios:

  1. Bueno, lo de "lo tuyo será un año..." dejemoslo en "lo tuyo serán 15 años..." ;)

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  2. ¿Sólo? También podemos dejarlo en 30. Sólo que la viejina también ha pasado por eso. Esto me ocurrió en el otoño, con Héctor en el Paseo de Salamanca.

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