jueves, 4 de marzo de 2010

En la Avenida Mariano Andrés






¡Yo soy!




Antes de comenzar las obras en Mariano Andrés. Mi sombra supo de una doctora conductora que asomó el morro de su coche a esta avenida. De repente ¡¡Plaff!! No supo como ocurrió, pero había embestido a otro coche u otro coche había embestido al suyo.

Se bajó solícita, eran tres jóvenes, uno se quejaba mucho, llamó a una ambulancia y lo envió al hospital. Cuando estaba con los otros dos en eso de: "¿Dónde le duele? Lo siento, no sé como ocurrió..."

Tres amas de casa que habían contemplado la escena desde detrás de los cristales de la cafetería donde siempre toman su café, se acercaron y una de ellas dijo a la doctora:

_No se preocupe señora, si hay denuncia nosotras seremos testigos. ¡No hay derecho!Cada poco hay un accidente de este tipo aquí y ya estamos hartas porque venimos observando que estas personas con aspecto extranjero, lo provocan un día sí y al otro también.

Son seis o siete hombres que se turnan para embestir a los coches que seleccionan previamente. ¡Se acabó, aquí nos tiene para ir al juzgado si hace falta!

La doctora asustada aún no daba crédito a lo que oía:

_ ¡Que lo han provocado ellos! Entonces el que se quejaba tanto...

_¡Nada pura pantomima! _dice otra de las tres.


Mi sombra asombrada como la doctora pensó: "No negociemos a causa del miedo, pero tampoco tengamos miedo a negociar" de John F. kennedy.




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