miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡¡Un Papá Nöel!!






¡Yo soy!








¡Estamos en Navidad! En el Centro Comercial, Papá Noël recibe a los más pequeños.
 
 Mamá Lucía se acerca con sus dos retoños de dos y tres años. Llevan sus respectivas cartas al gordinflón. La fila es larga pero ya les toca.
 
La niña se sienta en las rodillas del anciano y le dice su nombre y lo que le pide para Navidad.
 
El pequeño animado por su hermana, se acerca y el gordinflón lo aúpa sobre sus rodillas. El peque tiene cara de susto pero aguanta. Papá Nöel le pregunta:
 
_¿Cómo te llamas? El pequeño susurra: Marcos.
 
_ ¿Y tú que le pides a Papá Nöel? _sigue interrogando Santa Claus. Ya con mayor confianza el peque dice: ¡Un Papá Noël!
 
 _¡¡Andá, pues aquí me tienes!! Le da la mano al tiempo que se pone de pie y exclama:

_¡Ala, vamos para tu casa!
 
 El pequeño al ver al grandullón levantarse, se suelta de la mano del gigante y corre muerto de miedo hacia su madre. Papá Noël, toda la fila y mi sombra rompemos a reír.


Ya lo dijo el profeta: "Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños" Khalil Gibran




martes, 21 de diciembre de 2010

¡¡Ojo con la suerte!!




¡Yo soy!






Tres mujeres, vestidas con ropa deportiva, caminan por el paseo de Eras. Una de ellas comenta:
 
_Mañana se juega la lotería de Navidad a ver si nos toca.
 
_Dicen que ha aumentado mucho la recaudación _ afirma la que va a su lado_ ¡Desde luego las colas que se ven en la "tele" para comprar lotería en "Doña Manolita" son impresionantes!
 
_¡Ya! _añade la tercera. Eso es como en Sort, la gente no "rula bien", lo normal es que donde se compran millones de € en lotería, toque algo si no es el primer premio, el segundo o el tercero.
 
 _Pues a mí difícil que me toque _interrumpe la cuarta_  porque no juego ni un euro. No están los tiempos para gastar en lotería. Pero, ¡ojo! con lo que jugáis, no os vaya a pasar como a aquel panadero: 
Estaba ante el horno encendido, oyó cantar el gordo que era el número que llevaba comprando veinte años y de la alegría que tenía se quitó la chaqueta y la lanzó a las llamas. La miró mientras se quemaba y se echó las manos a la cabeza. ¡¡En el bolsillo de dentro, en su chaqueta iba su décimo de lotería!!
 
_¡Pobre hombre! ¡Qué mala suerte!_dicen a la vez las tres mujeres restantes.
 
 
Mi sombra recuerda: "Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte puede ser cuestión de tener talento" de Honorato de Balzac.
 
 
 

lunes, 20 de diciembre de 2010

¡¡Pediculosis!!








¡Yo soy!



Nuestras abuelas sabían muy bien distinguir entre piojos, pulgas, chinches... Sin embargo en los años setenta era muy raro observarlos en ambientes limpios. En mis primeros tiempos en la educación comenzó de nuevo la plaga de piojos. Una madre me contó un día con mucha vergüenza lo que le ocurrió en la buhardilla de la calle Colón donde vivía.
 
Preparaba a sus hij@s para ir al colegio y al ir a peinar a Loren, el pequeño, descubrió tras sus orejas un enjambre de bichitos enredados en su pelo. Llamó preocupada a su marido:
 
_¿Qué bichos son estos? ¡No serán "ladillas"!
 
_¡¡Tú estás loca, ladillas ahí!!
 
La madre cogió al menor de sus hijos y bajó al segundo, donde vivía la señora Carmen que tenía un hijo que estudiaba medicina. Asustada le mostró los bichitos que pululaban por la cabeza del pequeño. Su asombro y después su vergüenza fue grande cuando oyó sus palabras:
 
_¡Piojos! ¡El niño tiene piojos!
 
Subió las escaleras sin palabras y comenzó a mirar la cabeza de sus hijas.
 
_¿Qué? _interrogó su marido.
 
_¡Piojos! ¡Son piojos!
 
_¡Hombre no me jodas! ¿Cómo van a ser piojos si los bañas casi todos los días?
 
La creencia de que sólo la falta de higiene atraía los piojos, hacía que se guardara el secreto por vergüenza y la plaga se extendía. He de confesar que por entonces mi sombra tampoco había visto nunca esos "bichitos".
 
Hoy, en pleno siglo XXI cada dos por tres hay una nota del colegio: "Revise a su hij@..." La higiene se extrema. ¿Será verdad que alguien "sembró" hace años de nuevo los parques de varias ciudades?
 La duda permanece. ¿Cómo siguen prosperando con tanto nuevo remedio?
 
 
Quizás sea que, como ya dijo Francis Bacon: "El que no aplique nuevos remedios, debe esperar nuevos males, porque el mayor innovador es el tiempo"
 
 
 

viernes, 17 de diciembre de 2010

"El Camino de Santiago" (14)





Corría el año 1.993:




Jueves 29 de Julio:




Hoy madrugamos, a las siete ya caminábamos. Todo por evitar a las “ordas cristianas” y lo conseguimos. Sobre las doce llegamos al Monte del Gozo. Allí, paramos en el monumento y la ermita de San Marcos donde dejamos los palos que nos habían servido de apoyo durante todo el Camino.

Entramos en Santiago por el barrio de San Lázaro a mediodía. Hospedados y aseados fuimos hacia la Catedral. ¡Mucha gente! Cumplimos con la tradición de los siete "croques", pasamos por la puerta del Perdón hicimos las seis cruces, tres al salir y tres al volver a entrar. Presenciamos el impresionante rito del "Botafumeiro". En la Expo de Sevilla lo toqué. ¡Es enorme! Ahora, a esa altura, no parecía tan grande. Abrazamos al Santo e hicimos nuestras peticiones.

Salimos hacia la Plaza de Platerías muy animada y nos pusimos a la cola para obtener La Compostela. Estando en la cola, vimos por primera vez al mestizo, medio indio y a los del carrito pobre. Habíamos oído hablar de dos carros. Uno grande todo adornado que lo llevaban tres chicos "bien" y otro pequeño que llevaban, lleno de trastos, otros tres chicos que según parecía eran ex–drogadictos.

Después de una hora llegamos al piso donde entregaban la Compostela. Primero la encuesta y entre  la preguntas, la típica: ¿Por qué has hecho el Camino? Por tener una experiencia fue mi respuesta.

Un chico de un grupo dijo: ¿Qué ponemos? a lo que el cura que iba con ellos le dijo: ¡Hombre por la Fé! Así que todo el grupo puso por la Fé. ¡Qué curioso! Para las estadísticas quedará bien.

Para nosotros desde luego fue toda una experiencia. Con sus notas positivas y alguna negativa





martes, 14 de diciembre de 2010

¡¡Padres putativos!!





¡Yo soy!









Es leonés. Se buscó la vida en  una de las islas Pitiusas. Rompió con su pareja pero sigue siendo un buen padre para su hijo. Él, regresó a la península y su nueva pareja tiene un hijo de unos ocho años, casi de la edad de su hijo.
 
Ahora es el "padre putativo", aunque él no le gusta esa palabra, de un niño al que cuida y ve más que a su propio hijo. Los niños se ven de vez en cuando y se han hecho verdaderos amigos.

 El pasado puente de La Constitución, los controladores les han hecho una mala pasada. Los niños, contaban los días para verse y estar juntos. Cuando se encuentran comparten los mismos juegos y tienen aficiones parecidas, por eso se añoran. Pero no fue posible. Los pasajes estaban a punto pero el aeropuerto dormía.

¿Quién dijo que las parejas separadas con hijos, siempre son éstos los que sufren la ruptura de sus progenitores? Hay muchas ex-parejas, y sólo depende de ellas, que lo dan todo por unos niñ@s, a los que sin ser sus hijos los tratan como si lo fueran.

 Hoy mi sombra quiere romper una lanza en favor de "Los padres y madres putativ@s", de ell@s  depende en gran parte el equilibrio emocional de muchos de nuestros menores y adolescentes.

 Además como estamos en Navidad no nos olvidemos que San José fue padre putativo de Jesús y no lo hizo nada mal, según el NT.


Y es que... "Nada se aprende o se enseña bien sin el ejemplo" de Columela.




jueves, 9 de diciembre de 2010

¡¡Se ha pasado dos pueblos, Sr. Pérez Reverte!!






¡Yo soy!





Llevo mal que se critique a los profesionales de la educación. Sé que no somos perfect@s. En mi blog tengo "post" a favor y en contra, pero...El señor Pérez Reverte se ha pasado dos pueblos.
 
En el nº 1.200 XLSemanal, donde le leo casi siempre y muchas veces estoy de acuerdo con su artículo, hoy, no trago las descalificaciones de un hombre culto (se supone) hacia una mujer también supuestamente preparada intelectualmente.
 
Cito textualmente: "Esa maestra, profesora, docente o como quieras llamarla, es imbécil. Tonta del culo, vaya,...une a su ignorancia el triste afán de lo políticamente correcto...Lo grave es que a una profesora así le encomienden la educación histórica de chicos de ambos sexos de catorce a quince años ...Mañana, en clase, dile que no tiene ni puta idea de moros, ni de Historia, ni de lengua española, ni de la madre que la parió. Te quedarás a gusto, desde luego: y las churris te pondrán ojitos por chulo y por malote... Tu maestra por muy estúpida que sea... Así que agacha las orejas y llama a los moros como a ella le salga del chichi. Paciencia y barajar"
 
Señor articulista, como muy bien dice más adelante: Lo despectivo no está en las palabras, sino en la intención con que éstas se utilizan. Ahora bien por mucho que se pueda utilizar y se utilice. No es lo mismo decir "moros" o "moros de mierda".
 
En nuestras aulas hoy hay niñ@s idiotas e imbéciles que se les llama disminuídos psíquicos. Cojos y bizcos que se les llama disminuídos físicos, negr@s a los que se les nombra "de color"... En la Universidad el profesorado por cortesía no deberá llamar "maricas" a los homoxesuales.
 
Claro que si su artículo hubiera dicho: "Esa profesora puede estar aquivocada, o quizás para no herir a otros alumnos piensa que está mejor decir ..."  ¡Su artículo no valdría una mierda! (perdón). Pero así, ha sido mucho más comentado y exitoso.
 
Mi sombra piensa que lo que usted no tiene es educación aunque tenga mucha cultura. Mejor ponga sus descalificaciones en boca de sus personajes. Al menos no tendrán tanta trascendencia. Y según están hoy nuestras aulas, sólo falta que un famoso escritor, les dé alas a nuestros adolescentes.
 
Pero como decía mi abuelo: "A cualquier puta se le escapa un pedo" Por tanto seguiré leyendo sus desahogos.
 
 
Señor Reverte ya lo dijo Pío Baroja: "Yo creo que para ser escritor basta con tener algo que decir en frases propias o ajenas"
 
 
 

jueves, 2 de diciembre de 2010

¡"El Pego"!





¡Yo soy!








Nunca supo por qué le llamaban "El Pego".
 
Era un niño postrado en una cama de hierro muy alta, o así la veía ella a través de sus pocos años. Cuatro "pomos" dorados remataban aquella cama metálica, asentada sobre el suelo de tierra del humilde cuarto.
 
La madre del "Pego" no tenía pozo en casa y diariamente iba a por agua a la casa de la niña de los ojos claros y le pedía que fuera a ver a su niño. El niño enfermo casi siempre estaba solo. Sus padres campesinos humildes que cultivaban tierras de renta, apenas sacaban para pagar sus medicinas.
 
Pasaron los años, "El Pego" se convirtió en un adolescente sin apenas poder abandonar su lecho de enfermo y sus montañas de medicamentos. La muchacha comprendió que su madre tenía razón cuando se oponía a esas visitas, temiendo el contagio. Las visitas se espaciaron más y más hasta abandonarlas por completo.
 
Siempre tumbado en su catre, "EL Pego" apenas fue a la escuela. Sin amigos. Sin cuentos que mirar o leer. Sin juguetes que entretuvieran sus horas postrado. Sin televisión. Sin teléfono móvil, ordenador, Wifi, MP3... Sólo de tarde en tarde, la visita de la niña de los ojos claros conseguía paliar su soledad.
 
 Han pasado tres décadas y de nuevo se han encontrado frente a frente. La mujer escuchó al hombre decir:
 
_¿Recuerdas la cantidad de pastillas que tomé? Pues desde hace más de veinte años no ingiero ni un sólo medicamento, mi cuerpo los rechaza. ¡Quedé inmunizado!
 
 
Ella, sintiéndose culpable,  recuerda lo poco que ayudó a su curación y consuelo: "Si podéis curar, curad, si no podéis curar, calmad, y si no podéis calmar, consolad" del médico italiano Augusto Murri.