viernes, 18 de noviembre de 2011

"Felicidad virtual"






¡Yo soy!




Le falta unos meses para cumplir los cuarenta.
 
Vive sólo, ya que su profesión le permite ser independiente. No es una belleza pero sabe sacarse mucho partido de su silueta: ropa de marca, peluquería, gimnasio, deporte...
 
Su vida la conoce todo el mundo que se asome a Facebooc.  Allí, sube casi a diario todas sus andanzas: Si va, si viene... Si a la playa, al fútbol, a un concierto, a esquiar... Cuelga fotos, ¡muchas fotos! de sus viajes y actividades. ¡En ellas, jamás repite su atuendo!
 
Lo curioso es que ya le han cogido en algún renuncio: Llamando amiga a una recién conocida, dando a entender que es su pareja una chica que se sabe que es lesbiana. De tapas por León en compañía de una prima, que hace pasar por una amiga...
 
Allá donde va, lleva su cámara digital que hace disparar por algún conocido o desconocido, tres o cuatro veces, hasta que la foto sale a su gusto.
 
Se niega a cumplir años. A través de sus opiniones en la Red, parece que desea dar la impresión de ser un entendido en  todo lo relacionado con los jóvenes de veinte: deportes, moda, conciertos, música, lecturas... Los que lo conocen dicen de él que vive de cara a la galería.
 
 Cuando por la noche regresa a su apartamento, le falta tiempo para sentarse ante su portátil y proclamar a los cuatro vientos lo feliz que es y lo llena que tiene su vida.
 
Pero... al cerrar la tapa de su ordenador, se siente sólo y marca números al azar en su móvil, mientras se sirve una copa tras otra.
 
 
 
Ya lo dijo Honorato de Balzac: "Se exagera de igual modo la desgracia y la felicidad, nunca somos tan desgraciados ni tan dichosos como se dice"
 
 
 
 

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