martes, 29 de noviembre de 2016

Anuncio navideño




¡Menos mal que algunas asociaciones de juebilad@s ha protestado! Creí que era sólo mi sombra la única que le ponía peros al Anuncio de lotería de Navidad y al resto le encantaba porque lo ponían por las nubes. 

Pues que quede bien claro. No me gusta nada, nada semejante anuncio y me parece poco acertado para el siglo XXI. No sé si porque la protagonista Carmina, que es una maestra, me ha tocado la fibra sensible. Primero entra en el comedor con una bandeja repleta con el desayuno para su nieto, lo que indica que no está ga,gá. Éste no le hace ni caso, no tiene hambre, sigue con su móvil pero alza la vista ante el comentario de la abuela cuando mira para el televisor.

 ¿Alguien se imagina un muchacho de 17 o 18 años que aparenta el tal nieto, al que su abuela le prepare el desayuno? ¡Vamos! Ya pueden esperar sentados mis nietos a esa edad a que yo les haga algo así. Ahora les echo el Nesquik porque de lo contrario me acaban el bote en dos días, je, je, pero a esa edad... Para más inri, el chico se da cuenta del error de la abuela y no dice nada. ¡Hasta se permite cambiar la fecha del calendario!

 No diré yo que no haya maestras jubiladas que salgan a la calle así,  muy, muy de pueblo vestidas, pero creo que se han pasado. Recuerdo de chavala a dos maestras que se jubilaron en el pueblo: Doña Adela y Doña Elena, la primera siempre bien vestida y su rizada melena corta al descubierto, nada que ver con las mujeres del pueblo que en esos días todas llevaban pañuelo negro a la cabeza y muchas salían a la calle con mandil y algunas con sayas.

La otra maestra,  Doña Elena, daba clase en el barrio de arriba, era altísima, viuda, siempre vestida de negro pero llamaba la atención su elegancia. No digamos si hablo de mis compañeras de jubilación que en general van muy, muy bien arregladas de cara, cabeza y cuerpo. 

Por todo lo dicho me llama la atención que presenten a una maestra jubilada que nada tiene que ver con la realidad de hoy. Por si fuera poco parece que se le va la pinza y nadie la quiere sacar de su error. Muy al contrario le siguen la corriente.

 Ya al final, cuando parece que su hijo se lo quiere aclarar y esperas que ella diga: "No hijo no, no se me ha ido la cabeza, pero lo bien que lo hemos pasado todos juntos, ha merecido la pena, mañana a lo mejor...". 

Pues no, sigue pareciendo que está mal de la chaveta y todo el pueblo haciéndose los tontos para que ella siga con la cabeza a pájaros.  Me pongo en su lugar "maestra jubilada" y si mis hijos ven que se me va la chola, lo último que querría es que me siguieran la corriente.


A mucha gente le ha gustado, pues a mí no:  "Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él" de Paulo Coelho.



jueves, 24 de noviembre de 2016

"De baja"



 Rafael es un "joven" con 40 tacos, que lleva trabajando en un taller de automóviles muchos años. Según él, es un trabajo duro pero le gusta, hace muchas horas, con un sueldo de mierda y además no soporta a la jefa.

En su mente está montar un taller por su cuenta.  Pero, quiere que lo despidan y le den la indemnización y los papeles del paro. Como su jefa no está por la labor, ideó un plan. Se fue a trabajar y a media mañana empezó a hacer esparavanes encogiéndose y abrazando su  hombro derecho con su mano izquierda como si le doliera mucho. Se había lesionado un hombro, eso hizo que pareciera.

Fue al traumatólogo y le dio la baja.  Además le dijo que las cervicales las tenía fatal. En mi opinión el 90·% de las personas padece de la espalda, bien sea de cervicales, dorsales o lumbares aunque el dolor aumente con posturas que habitualmente tomamos o también por duros trabajos, que los hay, y disminuya o se reduzca radicalmente cuando hacemos ejercicios adecuados. Es lo que observo a mi alrededor. 

Bien, Rafael volvió a los 15 días al médico y éste le sorprendió al decirle que si quería iniciar los papeles para una minusvalía por la espalda él estaba dispuesto. ¿Desde cuándo es el doctor el que te pide iniciar un proceso así sin que el paciente lo pida o sienta que lo necesita? Le dijo que no de momento. Él sigue pensando en su sueño de montar el taller.

En vista de que lo de Rafael se alargaba, su jefa por fin lo despidió y le preparó los papeles para cobrar el paro. De momento sigue así, sin dolor de ninguna clase y de baja. Está pensando primero en recibir la indemnización por sus años trabajados en el taller y luego cobrar el paro y tomarse dos años de descanso. Dentro de tres semanas volverá al traumatólogo.

¿El taller? tiene sus dudas. Ya hay otro taller que conoce lo bien que trabaja y le ha dicho que en negro si quiere allí tiene siempre trabajo. Y suma y sigue.

No es ni mucho menos el único caso. El otro día le eché una filípica a una de mis hijas por su falta de ética. ¡Es lo que hay y si lo puede hace está muy bien! _comentó.


La Vida nos da, lo que le damos: "Si no se pudiesen explicar las enfermedades, habría muchos que no estarían enfermos" de Santiago Rusiñol.


martes, 22 de noviembre de 2016

My "twitter" (33)



Lunes 7 de noviembre:
Dicho en peligro de extinción: "Siempre hay un roto para un descosido" significa que siempre habrá una pareja afín a ti por raro o rara que seas. O también que siempre encontrarás una solución para un problema cotidiano.

Martes 8 de noviembre:
Cuando algunas personas proclaman la desobediencia a las leyes constitucionales vigentes,  me pregunto: ¿Qué harán cuando personas contrarias a sus ideas, decidan desobedecer las leyes que ésas personas aprueben?

Miércoles 9 de noviembre:
La madre se acercó a observar el juego para niños en el móvil al que su hijo de ocho años jugaba a menudo y leyó: Chúpale el ombligo al señor que tienes al lado". Nunca le ha dejado volver a jugar, lógicamente.

Jueves 10 de noviembre:
Comenzó a guardar monedas de 100 pts en una hucha con el fin de ahorrar para sacar el carnet de conducir. Se jubiló y su carnet quedó en pesetas en la hucha.

Viernes 11 de noviembre:
Es una gitana mayor que siempre va de negro pero limpia y arreglada. Hace unos meses pasó a pedir por la casa de la señora Dora y ésta le dijo que no volviera a pedir a su casa porque ella sabía que tenía una pensión mejor que la de ella. La gitana no ha vuelto. 

Sábado 12 de noviembre:
Tenía nueve años cuando tuvo su primer periodo y se pasó el día llorando porque era muy bajita y no iba a crecer más, Lo cierto es que se cumplieron sus expectativas, es una joven bonita pero muy, muy bajita. Llorar no sirve de nada.

Domingo 13 de noviembre:
Suena el teléfono, es su ex que se enrolla hablando. Ella, como tiene dos teléfonos, marca el otro y dice: Lo siento me están llamando por el fijo. Sí, sí ya lo oigo, dice él. Así corta sin ser descortés.


Ha de haber de todo: "El vivir siempre en felicidad, y el pasar la vida sin ningún remordimiento de ánimo, es ignorar una parte de la  naturaleza" de Lucio Anneo Séneca.



jueves, 17 de noviembre de 2016

"Juanitalamachorra"




Juanitalamachorra era una alegre adolescente cuando llegó al pueblo para cuidar y vivir con una tía suya. Nadie sabía nada de su vida. Cuidó de su tía mientras vivió y le dejó su herencia al fallecer, cuando Juanitalamachorra tenía 27 años. A partir del momento en el que se quedó sola, Juanitalamachorra comenzó a llevar una vida muy ligera. Se acostaba con todos los jóvenes del pueblo y algún que otro casado pero nunca se la vio embarazada, por lo que empezaron a decir que era "machorra" (lo que llaman a las ovejas que no pueden tener crías) o sea que no podía tener hijos, así que todos la llamaban así cuando no estaban en su presencia. Sin embargo, ella decía a los más allegados que tendría una hija, pero no con los hombres del pueblo que para ella eran todos unos patanes sino con alguien que llegaría tarde o temprano. En aquel pueblo nadie usaba preservativos ellos decían "calcetín" cuando había gente menuda que escuchaba delante. Los hombres utilizaban el método de "la marcha atrás", muy inseguro, como lo demostraban la cantidad de familias numerosas que había en la aldea. Lo que la gente ignoraba es que Janitalamachorra llevaba colocado en su vagina un dispositivo anticonceptivo. Era como un dedal pero de oro. Un viajante de baratijas que llegó un día a la localidad se lo regaló por pasar con ella unos meses ya que no quería dejar "rastro" alguno por los pueblos que visitaba. Un día, al final del otoño apareció un peregrino, entre los pocos que pasaban en esos fríos días por la aldea. Al cruzarse con Janitalamachorra ésta le saludó como era costumbre: ¡Buen camino! El peregrino le dio las gracias y le preguntó por algún lugar donde pasar la noche. Juanitalamachorra le ofreció su casa contenta. Era un hombre joven, guapo, de buena planta que miraba directamente a los ojos. Además por su acento, era extranjero lo que a Janitalamachorra le pareció un aliciente más. El peregrino decidió quedarse más tiempo del que pensaba al calor de Juanitalamachorra. Al comienzo del nuevo año, el forastero siguió su camino. A los ocho meses, Juanitalamachorra dio a luz una hermosa niña a la que llamó Cecilia, por ser el día de su primer encuentro con el caminante. A Juanitalamachorra nunca le importaron las habladurías de la gente. Cuando la niña ya había cumplido seis años, una mañana a finales del otoño, se las vio partir juntas con bastante equipaje por el Camino Viejo y jamás se supo nada más de Juanitalamachorra y de su hija.


Una mujer y un hombre:  “El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos” de  Willian Shakespeare.



martes, 15 de noviembre de 2016

Alzheimer (3)




 En la academia las personas que asistían a la clase salían del aula. La profesora recogió sus cosas y se dirigió a otra sala situada más al fondo en busca de material.

De repente al darse la vuelta un hombre desconocido de unos 50 años apareció detrás de ella, la miró y le espetó:

 _¿Quién es usted y qué hace aquí? La docente se quedó paralizada pero acertó a decir: 

_Lo mismo me pregunto yo, quién es usted y ¿cómo ha entrado hasta aquí?

_¡Señora está usted en mi taller!

_¡Qué!, su taller, esto es una academia. 

_Pero qué dice _continuó el extraño_ esto es mi taller_ y señalando con una mano todo la pared del frente añadió_ ¿no ve usted ahí todas las herramientas bien colocadas en la pared?

 Sin poder articular palabra, la maestra con su móvil en la mano ya estaba a punto de pedir ayuda, cuando de pronto apareció un señor mayor con cara de preocupación y cogiendo del brazo al intruso del que dijo ser su hijo, le invitó a seguirle al tiempo que interrogaba a la profesora:

 ¿Qué le ha dicho? Perdone, es que tiene Alzheimer, me descuidé un momento a saludar y entró aquí.

_No se preocupe, me ha dicho que este es su taller, se ve que trabajó en eso.

_¡Qué va, en su vida nunca ha tenido un taller! Pero se me para siempre delante de las ferreterías las herramientas le encantan. 

Mientras padre e hijo salían, la educadora se quedó pensativa murmurando para sus adentros: "Deberían tener los papeles cambiados por la edad pero... esta enfermedad no entiende de años".


Una lanza en favor de las personas cuidadoras de otras: "Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para alguna persona tú eres el mundo" de Gabriel García Márquez.



jueves, 10 de noviembre de 2016

¡No, era no!



Abel y Noelia comenzaron su relación siendo unos adolescentes. Él tenía 21 años y Noelia 19 cuando decidieron irse a vivir juntos. Todo iba bien, se amaban, trabajaban, compraron su piso, pagaban su hipoteca... 

Pero... Había algo muy importante en lo que no estaban de acuerdo. En nuestros días sucede a menudo que uno de los miembros de la pareja, casi siempre el hombre como en este caso, no quiere tener hijos. Además Abel no quería casarse y Noelia soñaba con vestirse de blanco. 

Llevaban juntos ya diez años cuando Noelia decidió tomar la iniciativa en algo que a los dos concernía. Llamó a su hermana y juntas se presentaron en la catedral ante el deán para consultarle qué fechas tenían libres para contraer matrimonio. El deán les dio una fecha para mediados del año siguiente. 

Noelia esperó a la hora de la cena para decirle a su pareja que tenía una sorpresa para darle. Ante la atenta mirada de su compañero le dijo que habían estado ella y su hermana en la catedral y que el día 23 de junio del año próximo se casarían. Abel a punto estuvo de atragantarse. Hizo la pregunta de la que ya tenía la respuesta. Preguntó a Noelia con quién había ido a informarse de la boda y Noelia le contestó que con su hermana como ya le había dicho.

 _Pues te vas a casar con tu hermana, _gritó Abel. Tiró la servilleta sobre la mesa de malos modos, se levantó de la silla y se fue. 

Fue la última vez que hablaron a solas. Al día siguiente Abel desde la casa de su madre le mandó los papeles de la "separación" a Noelia,  pues aunque no estaban casados había cosas de las que tenían que hablar a través de sus abogados. 

Vendieron el piso, repartieron el dinero y quedaron como "amigos". Han pasado siete años, Noelia tiene nueva pareja pero sigue guardando un rincón en su corazón para Abel y éste sin pareja estable, recuerda constantemente a Noelia.


El tiempo y la vida siguen: "Lo prudente es suponer que nadie tiene completamente la razón, ni nadie deja de tenerla por completo" de Herbert Spencer.



martes, 8 de noviembre de 2016

Afortunada



¡Afortunada! Sí, soy afortunada porque ya terminé las radiaciones y hasta el próximo año no tendré que volver al médico y no me darán quimioterapia.

Soy afortunada porque miro a mi alrededor y observo. Estos días pasados cogía el tren diariamente a Valladolid para radiarme. Normalmente Valladolid y León tenemos fama de no entendernos, más bien les acusamos de llevarnos todo: Instituciones, cargos, proyectos... Quizás en muchos casos sea así pero de eso los pucelanos no tienen culpa alguna pues aunque esta Autonomía es tan rara, que por no tener, no tiene capital. Muchas personas piensan que es Valladolid al ser la ciudad más grande, que no la provincia, pero no está escrito en los estatutos.

Bien, que me voy por las ramas. La gente de Valladolid es tan amable como la de León, "habrá de todo como en botica", los tópicos son tópicos y mi sombra que la visitó a diario no puede decir lo contrario.

Soy afortunada porque tuve muy buena combinación.  Regresaba a mediodía a casa sin problemas, Alguien comentó que tardaríamos más en el Hospital de León porque habría más gente.

Soy afortunada porque veo gente en silla de ruedas. Hacían lo mismo que yo pero han de llevar acompañante y tienen más dificultades.

Soy afortunada porque hay un matrimonio que ha de venir en taxi desde Sahagún a León. Con lo que supone el madrugón para coger el tren o el coche de línea.

 Soy afortunada porque un matrimonio muy mayor ha tenido que alquilar un piso en Valladolid durante un mes. Al señor le prescribieron 30 sesiones.

Soy afortunada porque una mujer ha de quedarse en casa de un familiar. Vive en Villafranca y tiene mala combinación y dificultades para viajar diariamente.

Soy afortunada porque a un señor, al que acompaña su mujer, hay días que no le da tiempo a coger el tren en el que regresábamos. Por lo que han de quedarse a comer en la ciudad con el gasto añadido que supone.

Soy afortunada porque a las personas que llegamos de fuera nos daban las primeras horas.  Así podíamos regresar en el tren que salía a las 10:35, que por cierto era muy puntual.

Soy afortunada porque a mí sólo me han dado 15 sesiones de radiación.  A otras personas el doble.  ¡Soy afortunada!

Doy las gracias a todas las personas que me trataron porque fueron muy amables y  respetuosas. Empezando por la doctora Cantalapiedra, pasando por las personas que aplicaban las radiaciones, las jóvenes encargadas de dar los juntificantes...


A seguir: "La vida es nueva cada día" de don Gregorio Marañón.



jueves, 3 de noviembre de 2016

Monólogo de silencio (4)




Estoy aquí, donde solía estar ella, sentado en su banco, dándole vueltas a lo irremediable. No dejo de verla como cada día con su bata blanca. A veces la reñía porque la tenía demasiado sucia para despachar. Hace siete meses que me dejó y parece que fue ayer. Escuché muchas veces: Esto no se comprende hasta que no pasas por ello y... ¡Cuánta razón!  Tenía 24 años cuando me casé con ella y nunca había "conocido" en el sentido que lo menciona La Biblia, a ningún otro hombre. Tengo 57 años, han sido 33 años, 33, los años de Cristo, con sus 24 horas diarias juntos. Nuestro negocio de la pastelería siempre nos ha ido bien. Yo soy más del obrador, a ella le gustaba más trabajar cara el público. Vivimos en un pueblo donde todos nos conocemos. Todo el mundo me da ánimos que no me animan. Pensando en ella me siento menos sólo. Ya se lo he dicho a más de un cliente: "Porque no tengo valor para suicidarme pero el deseo no se me va de la cabeza. Ella siempre gozó de buena salud, ultimamente el enfermo era yo. Por qué tuvo que irse para siempre así: de repente, sin despedirse, sin estar enferma... Miro de frente para la plaza y parece que las estoy viendo a las dos, a la abuela y a nuestra nieta, sentadas en el banco bajo la sombra de los árboles. Desde ahí vigilaban si alguien entraba a comprar en el negocio. ¿De qué hablarían tanto tiempo y cada día? La niña también la echa de menos. A veces se sienta en el banco de la plaza y se queda ensimismada, sé que está pensando en ella. Con seis años, al verme triste y meditabundo camino del cementerio el miércoles, me hizo la pregunta normal de cualquier niño en sus circunstancias. ¿Abuelo, y ahora dónde está la abuela? Le contesté de forma automática. En el cielo mi niña, en el cielo. ¿Cómo iba a saber yo lo que diría a continuación? Entonces... yo también quiero morirme como ella para ir a verla. Se me cayó el alma a los pies. Pensamos lo mismo yo también me quiero ir, pero no soportaría que ella emprendiera ese viaje sin retorno antes que yo. Por ella, quitaré la sonrisa amarga de mi cara. La llevaré junto al río, que le encanta, jugaremos a tirar piedras que saltan por el agua a ver quién llega más lejos... ¿Cómo puedo estar triste cuando la pequeña está a mi lado?. 


Aquí estamos sólo un rato: "Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué existe" de Severo Ochoa.